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Juan Gómez Millas: semblante del profesor estrechamente vinculado al Instituto Pedagógico

 

  • El profesor Gómez Millas, nació hace 125 años atrás y en vida, dejó huellas que aún perduran, incluso en la actual UMCE y en el país, en ámbitos educativos.

 


Por Andrés Latorre
Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica
Encargado de Comunicaciones del Museo del Instituto Pedagógico

 

Juan Gómez Millas, nacido un día como hoy, 18 de julio, hace 125 años atrás en Santiago, dejó un importante legado que se plasma en nombres de calles, complejos habitacionales, colegios, becas y una sede ñuñoina de la Universidad de Chile, con la cual tuvo una intrínseca relación desde su formación pregradual, en especial, con el Instituto Pedagógico.

Brillante, creativo, laborioso, de semblante serio, de trajes holgados, sombrero y abrigo, propio de la moda académica que pregona la importancia de la palabra, la investigación, el progreso. Y por qué no decirlo, en los actuales tiempos de purismos morales y luchas virtuales desenfocadas, un personaje polémico por su tendencia política de la primera mitad de su vida, que sin embargo, parece no coincidir con sus obras que engrandecieron la educación de Chile.

Gómez Millas y el Instituto Pedagógico

El joven Juan de educación ignaciana, tenía claro que Historia y Geografía era su carrera, pero sufrió un desvío previo necesario, donde estudió en la Pontificia Universidad Católica, para llegar al Instituto Pedagógico, primero como alumno y más tarde, como docente, desde 1925, donde se granjeó su leyenda pedagógica.

Quizás, una de las historias más conocidas del Departamento de Historia y Geografía de la UMCE, es la de don Juan llegando en bicicleta al campus Macul, entrando por las puertas que albergaba al viejo Colegio Inglés, de raigambre presbiteriana, y pudo visionar la instalación del Instituto Pedagógico en este lugar, trasladándolo desde su pequeño edificio desbordado, ubicado en Alameda con Cumming, cuando todo el terruño circundante era más baldío que urbano y ni la Villa Olímpica, ni la Frei se proyectaban en las mentes arquitectas. Aún así, sin estar seguros de tal anécdota -otros dicen que aquello es insólito ya que Gómez Millas, no era adepto al ejercicio físico-, se desprende otra de las tantas imágenes de un hombre conectado con la realidad y la idea de progreso que lideraba el rector de la Universidad de Chile, en aquel entonces, Juvenal Hernández, según desliza el historiador Rolando Mellafe, cómo una característica innata que lo llevó a ocupar el sillón rectoral de la Casa de Bello, en 1953, sustituyendo precisamente a Hernández.

Por otro lado, Enrique Riobó mencionó que Gómez Millas en la práctica se adscribió a “un historicismo alemán medio conservador, pero que en el contexto dialogaba mucho mejor con posiciones de izquierda que con posiciones de derecha o ultra liberales”, indicó el historiador y que recogió la periodista Francisca Palma, en referencia a  la cercanía y apoyo que recibió por parte de figuras como Olga Poblete o Hernán Ramírez Necochea a su rectoría y que le significó enrarecimientos con sectores conservadores y de derecha por “dejar entrar comunistas a la universidad”. Sin embargo, su labor como decano de la Facultad de Filosofía y Educación, decanato que absorbía por aquel entonces al Instituto Pedagógico, ya había dejado clara su intención amplia, universal, humanista y autónoma de la educación universitaria, más allá de las predilecciones políticas de las y los individuos, como persona instruida en Historia y Ciencias Sociales, muy en la línea del Movimiento Pro-Reforma originado en Córdoba, Argentina en 1918.

En esta línea, el profesor e investigador de la historia educacional chilena, Jaime Caiceo Escudero, también menciona la creación de las sedes regionales de la Universidad de Chile bajo su rectorado, que comenzó con los “Colegios Regionales” en 1954, una forma de descentralizar y acercar la academia y su producción de conocimientos, a las regiones. “Durante el rectorado de Juan Gómez Millas, se crearon sedes regionales en Temuco, La Serena, Osorno, Antofagasta y otras ciudades, las cuales derivarán en 1981 en numerosas universidades autónomas públicas. Irma Salas fue la ejecutora de esta importante idea de acercar la universidad a las regiones de nuestro país”, indicó el historiador en su artículo “El Instituto Pedagógico y el sistema educacional chileno” para la revista Intramuros de la UMCE.

Héctor Croxatto, Premio Nacional de Ciencias 1979 y primer director del Centro de Perfeccionamiento, Experimentaciones e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), era un admirador de su obra, quién señaló en un extenso artículo publicado en la Revista Educación en el año 1987 que “Yo conocía gran parte de su pensamiento sobre la ciencia como incontenible fuerza innovadora y promotora del progreso” añadiendo también que “el tiempo nos mostró como Gómez Millas logró en los diez años desempeñándose como rector, dar cima a muy significativas con gran sentido práctico y legislativo” en referencia al sentido de urgencia en la formación y experimentación de las ciencias, que derivó en la construcción y equipamiento de laboratorios para su uso como herramientas didácticas en la formación docente de las especialidades científicas. Los laboratorios de Fisiología, Botánica, Física y Bioquímica surgieron durante su período rectoral. Mientras que otros ya existentes desde su gestión como decano, “experimentaron un acentuado crecimiento” menciona Croxatto, en referencia a los laboratorios de Zoología, Entomología, Biología general y Química inorgánica, legados que aún perduran en la actual UMCE.

Gómez Millas, ministro de Educación

Aunque Gómez Millas fue Ministro de Educación en 1953, bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, donde fue clave en la promulgación de la ley 11.575 que, entre otros asuntos, destinaba el 0,5% de los impuestos directos e indirectos de carácter fiscal a la investigación científica, según las fuentes emanadas de la Biblioteca del Congreso Nacional y de la Universidad de Chile (ese mismo año se convierte en rector de dicha casa de estudios), su preponderancia en este rol se destaca en su segunda ocupación del cargo, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva desde 1964 a 1968, posterior a la finalización de su periodo como rector.

Es la reforma educacional de 1965, uno de los hitos más importantes de su carrera educacional como político-administrativa, un esfuerzo de características prometeicas, frente al panorama dejado por el informe Bases Generales para el Planeamiento de la Educación Chilena del año 1961, bajo el gobierno de Alessandri Rodríguez, según indica el reconocido sitio Memoria Chilena. No obstante, este informe sirvió para marcar una hoja de ruta con temas preponderantes como abordar la deserción escolar (irónicamente, a día de hoy, sigue siendo un tema), la formación y desarrollo integral de las infancias en las aulas, la división en tres grandes ciclos de la enseñanza: parvularia, básica y media, que perdura hasta el día de hoy, así como el acceso gratuito y obligatorio a la educación por ocho años, garantizando la educación básica, como también la división en modalidades humanista-científico y técnico-profesional para la educación media.

En este sentido, la fundadora del Museo institucional, Lucía Godoy, se refiere a la labor del ministro Gómez Millas. “Su figura era convocante y respetada. Su trabajo como ministro de Educación fue relevante en la Reforma de 1965, ampliando la cobertura escolar y reduciendo la deserción. Su involucramiento fue clave en los cambios que se suscitan en la educación del país, que permanecen hasta nuestros días, dando cuenta de la visión de Estado que poseía don Juan Gómez Millas, muy por sobre las pequeñeces, muy por delante que muchos, pero que aun así, arrastró a otras mentes brillantes, surgidas en el Pedagógico”, señala Godoy.

Juan Gómez Millas, profesor, investigador y líder educacional, dejó su impronta en muchas personas, desde estudiante, haciendo clases, siendo Secretario General, Decano, Rector o Ministro, siempre estrechando puentes entre su discurso y su obra, razón consecuente de su pensamiento.

 

 

 

 

 

 

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