- La actividad formó parte de una experiencia de codocencia entre la UMCE y el liceo Confederación Suiza A -13 y es parte del trabajo colaborativo de un proyecto de Vinculación con el Medio que dirige la académica Teresita Méndez.
Evaluar la compra de un teléfono móvil a partir de la descripción técnica del rendimiento de su batería, se convirtió en una participativa clase de geometría que mantuvo la atención de una veintena de jóvenes estudiantes del cuarto medio A del liceo Confederación Suiza A -13, en torno a la ecuación de la recta punto pendiente.
La actividad forma parte de una experiencia de codocencia entre la Universidad y el liceo Confederación Suiza A -13 y es parte del trabajo colaborativo de un proyecto de Vinculación con el Medio, que propone crear y gestionar ambientes didácticos que promuevan la inclusión en la enseñanza de la matemática.
La iniciativa es dirigida por la académica del Departamento de Matemática Teresita Méndez, quien destacó que “se pudo apreciar de forma clara el involucramiento de los/las estudiantes en la problemática creada para que emergiera la ecuación de la recta punto pendiente, uno de los contenidos del currículo que tradicionalmente se aborda desde la perspectiva formal de la geometría analítica”.
Los y las estudiantes, aseguró, “presentaron una actitud participativa e interesada, porque el contexto de la problemática era conocido; opinaron y argumentaron al respecto, y esta conducta fue motivada por el diseño de actividades que con sus recursos didácticos permitieron que el estudiantado siguiera progresivamente, y sin apurar, sus ritmos de aprendizaje, acercándose a nociones como la ecuación punto pendiente de la recta, en el contexto de la problemática planteada”.
A partir de esta reflexión, agregó, “valoramos las interacciones entre pares, que fueron animadas por dos estudiantes colaboradores de Geometría del Espacio y Vectorial, cuya cátedra imparto este semestre en la UMCE, y las interacciones que surgieron entre estudiantes y las docentes que se prepararon para realizar una práctica en codocencia, en este curso”.
También señaló que “el acoplamiento entre las profesoras que realizaron la codocencia, no es causal ni espontáneo, y da cuenta de un trabajo organizado y sistemático que nos llevó a realizar al menos tres reuniones para planificar y atender diversos detalles de la planificación de la enseñanza y sus recursos didácticos”.
Al comparar con una clase tradicional, la académica sostuvo que “la diferencia es abismante. Las prácticas en codocencia son consideradas, por la investigación, como una estrategia de trabajo colaborativo que intenta promover la inclusión y se ha hecho cargo de la atención a la diversidad del alumnado, al mismo tiempo que ha contribuido al desarrollo profesional docente”.
Finalmente, “reflexionamos sobre los aprendizajes de los estudiantes y observamos que algunos/as, con su timidez y otros/as con más personalidad, hilaban relaciones de la geometría analítica implícitas en nuestras actividades y llegaron a establecer el objeto fundamental de la ecuación punto pendiente de la recta, es decir la pendiente que, en el contexto de la problemática situada de la clase, llamamos rapidez de descarga (de un celular)”.
La académica destacó el carácter colaborativo de la iniciativa: “De la UMCE, las profesoras que también integran el proyecto son: Dani Bravo, de Formación Pedagógica, y Claudia Rodríguez, de Educación Diferencial. Y del liceo, las profesoras que participan son Sandra Osorio y Myriam Cárcamo, con quien hicimos la codocencia”.