Se trata del proyecto ‘Descripción fonético-fonológica de un modelo de pronunciación enseñable del español culto de Chile’, seleccionado en el Concurso Nacional de Proyectos Fondecyt Regular 2011, e integrado por los investigadores Héctor Ortiz, (UMCE) Jaime Soto - Barba, Daniel Pereira, Hernán Pérez (Universidad de Concepción) y Magali Ruiz (UCSH).
Parte de sus resultados fueron dados a conocer en el seminario “Mitos y realidades en torno a la pronunciación de los profesionales chilenos”, en la UMCE, en un encuentro inaugurado por el rector Jaime Espinosa, junto a la decana de la Facultad de Historia, Geografía y Letras, Carmen Balart.
El rector de la UMCE, Jaime Espinosa destacó la importancia de los estudios lingüísticos -en este caso, fonético fonológicos- porque forman parte también del compromiso de la UMCE, de su trabajo pedagógico y la formación de los profesores. Se trata, dijo, de una “realidad no suficientemente definida acerca de la pronunciación del español de Chile, que nos compromete como Universidad que se centra en la labor educativa”.
“Y la tarea está pendiente”, añadió, “debemos hacer un mayor esfuerzo, no sólo los especialistas sino los profesores de lenguaje, todos ellos, sobre todo los de educación básica donde se da el tiempo de mayor utilidad para desarrollar aprendizajes y es donde se reproducen los comportamientos adultos y desde esa perspectiva educativa tenemos una tremenda responsabilidad.
La decana Carmen Balart puntualizó en la observación de los investigadores, quienes “repararon en un hecho evidente y es que el eje que se refiere a la comunicación oral adolece de un sello específico. Entonces, se preguntaron, cómo se logra la expresión oral clara a la cual hacen referencia los documentos oficiales”.
Insistió en que el equipo abordó “un tema que guarda directa relación con la práctica en aula, es decir, con el trabajo en la sala de clase. Este trabajo en aula es el desarrollo de las habilidades comunicativas que favorezcan la integración de los estudiantes de las escuelas de nuestro país a la comunidad letrada y culta”.
También enfatizó las ventajas de la coparticipación, puesto que brinda la oportunidad del trabajo mancomunado de un grupo de profesores y valoró el esfuerzo cooperativo “que significa mayores y mejores logros por la posibilidad de compartir las tareas investigadoras y los logros del quehacer colaborativo entre dos instituciones de educación superior, puesto que el esfuerzo de la investigación no reside ni se enclaustra en un solo grupo de estudio de una universidad, sino que se comparte la experiencia, reflexiones y análisis y se enriquece por consiguiente el objeto de estudio”.
La indagación contempló una muestra de 250 personas informantes, de ocho ciudades del país (Iquique, La Serena Valparaíso, Santiago, Concepción, Temuco, Coyhaique y Punta Arenas). Entre sus resultados concluye que los jueces no detectaron diferencias significativas entre la procedencia geográfica de los entrevistados y confirma que en el habla menos controlada (entrevistas) los chilenos tienden a no labializar.
