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Viernes, 22 Septiembre 2023 04:08

Estudiante de Doctorado UMCE obtiene becas como tesista de proyectos Fondecyt y Anillos de ANID Destacado

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La profesora Cristina Jara ya suma la obtención de dos becas como tesista, una del proyecto Fondecyt Regular 1210477, y la más reciente, del concurso Anillos ATE 22063 – ANID.

Su tema de estudio es la feminización docente en Chile, y, para su comprensión, utiliza perspectivas teóricas feministas. Dedicada a la investigación en las áreas de cultura, educación, género y feminismos, Cristina Jara Villarroel, profesora de Historia, Geografía y Educación Cívica de la UMCE, ha desarrollado su vocación pedagógica ejerciendo como docente en educación básica, media y superior. Su empeño por aportar al conocimiento del profesorado para avanzar hacia una educación integral la motivó a continuar su carrera académica cursando un Magíster en Ciencias Sociales con mención en Sociología de la modernización en la Universidad de Chile y a seguir estudios de Doctorado en Educación en la UMCE, programa en el que cursa su último semestre.

Como estudiante del Doctorado suma dos grandes orgullos. Durante 2021 y 2022, fue invitada por la Dra. Ana Luisa Muñoz de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) a participar como becaria del proyecto Fondecyt Regular 1210477 “Mapeando la construcción del conocimiento desde una perspectiva de género”. A este logro académico, en agosto de 2023, sumó la obtención de otra beca, esta vez invitada por la Dra. Sandra López Dietz, académica de la Universidad de la Frontera, en el marco del concurso Anillos de Investigación en Área Temática Específica (ATE) 22063, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) “Mujeres organizadas en La Araucanía: prácticas sociales, discursivas y trayectorias políticas en los siglos XX y XXI”.

La obtención de las becas ha significado un apoyo económico importante que “me permite la dedicación a tiempo completo al trabajo investigativo, dado que, lamentablemente, en nuestro país, el financiamiento a la construcción de conocimiento científico, en general, y en Ciencias Sociales en particular, son muy limitados, escasos y determinado por lógicas mercantiles. Siento que ha sido un reconocimiento y una valoración a la investigación feminista, pues ha costado muchísimo que las teorías y perspectivas feministas y de género sean reconocidas como válidas en el mundo académico”, afirma Cristina Jara.

Feminización docente

El fenómeno de la feminización docente, según indica la profesora Jara, se replica en la mayoría de los países del globo y se traduce en que el trabajo en los establecimientos educacionales es realizado en su mayoría por mujeres. “En nuestro país, 7 de cada 10 docentes en aula lo son,  sin embargo, el género no es considerado relevante en la mayoría de las investigaciones sobre el profesorado, a pesar de que es sabido que las áreas feminizadas de trabajo responden a la reproducción sexista de un orden de género originado con las transformaciones capitalistas de los siglos XVIII y XIX, pero que se mantiene hasta el presente, en donde la división sexual del trabajo opera llevando a las mujeres a realizar actividades en áreas similares a las de su asignado rol doméstico y materno, es decir, en trabajos de cuidados”. Las áreas feminizadas, agrega, “tales como enfermería, trabajo social, educación, entre otras, y las actividades que realizan las mujeres, en general, son observadas como menos importantes que las de los varones, tienen menor prestigio social y retribución económica. Lo interesante es que la elección de carreras, oficios y la posterior inserción laboral son la consolidación de trayectorias educativas diferenciadas entre géneros dado el sexismo educativo, en donde el rol del profesorado es fundamental para su producción y reproducción”.

Educación libre de sexismo

Hasta la emergencia de la demanda por una educación libre de sexismo levantada por la movilización feminista con fuerza desde el año 2018, explica Cristina Jara, “este bucle reproductor, como lo he llamado, ha operado acríticamente, pues no han existido elementos disruptores en el desarrollo histórico de la feminización docente. Por ello, mi investigación, que es de carácter exploratorio al ser un primer acercamiento al fenómeno, pretende interpretar las formas en que las profesoras lo vivencian y realizar una comparación entre las visiones de las colegas del Gran Santiago y de Temuco, considerando que, en la zona, la feminización de la docencia se ha desenvuelto en un contexto de alta racialización, violencia y discriminación hacia las comunidades mapuche, por lo que permite tensionar las interpretaciones desde las teorías interseccionales”, indica. Y complementa, “estoy muy agradecida de la Dra. Ana Luisa Muñoz, quien se interesó en mi trabajo solo leyendo mi proyecto de investigación. Esto fue un golpe de confianza enorme y me permitió escribir con mayor seguridad, al sentirme reconocida y validada por una académica de su nivel. Lo mismo con la Dra. Sandra Dietz, pues me permite expandir y tensionar los conceptos teóricos con la realidad de la zona de la Araucanía y el profesorado mapuche, lo que siento es un gran desafío y una gran responsabilidad”.

Experiencias del profesorado

En diciembre de 2019 defendí mi tesis de Magíster y decidí proseguir con estudios doctorales, comenta Cristina. “Mi investigación trató sobre la percepción del Estado de profesionales de primera generación, buscando evidenciar los efectos concretos de la extrema mercantilización y privatización de la educación superior en Chile, originada por el modelo capitalista en su versión neoliberal. Durante su desarrollo, me fui cuestionando qué ocurriría con el profesorado, cuáles serían sus experiencias, vivencias y sentires, siendo esa la principal motivación para estudiar un Doctorado en Educación. Y el primer programa que busqué fue el de UMCE, mi querido Pedagógico, pues estudié aquí mi pregrado y porque tiene una propuesta formativa que, si bien es muy intensa, abarca todas las aristas necesarias para el desarrollo de herramientas investigativas, desde lo metodológico y teórico”, sostiene. Ahí observé, asegura, “que el cuerpo académico es de alto nivel, que había académicas feministas y la malla curricular me pareció muy completa, pues contiene asignaturas de investigación cualitativa, cuantitativa, epistemología, entre otras, y cursos electivos que complementan el desarrollo educativo, por lo que postulé y tuve el privilegio no solo de ser aceptada, sino de obtener la beca que la Universidad entregó para fortalecer el programa hasta su acreditación, la que se logró merecidamente el año 2022”.

Género como articulador de relaciones sociales

Para Cristina, su formación en el Doctorado UMCE ha sido fundamental. “Di un viraje desde investigar al profesorado de primera generación hacia la feminización docente. Esto ocurrió cursando las asignaturas de metodología y el electivo del software R, pues, con datos, observé que las grandes diferencias que verifiqué en profesionales de primera generación entre universidades tradicionales y de baja selectividad no son tantas, ya que, en general, el profesorado mayoritariamente es de primera generación, con una marcada característica de clase, es decir, la mayoría de las y los docentes provenimos desde sectores medios y populares, lo que es concordante con la historia del gremio”.

El apoyo de mi directora de tesis, la Dra. Ana Gálvez Comandini, en este proceso fue fundamental, asegura Cristina Jara, ya que “me ha incentivado a desarrollar una línea de investigación feminista y de género. Además, me incentiva a publicar artículos académicos y a asistir a seminarios y congresos, instancias muy relevantes para divulgar y comunicar el conocimiento científico. Igualmente, me permitió ingresar al equipo del Seminario Permanente de Educación no Sexista desde el 2021, que ha sido una experiencia enriquecedora tanto en lo académico como desde lo humano, por la calidad de las personas que integran dicho grupo”, señala. “Siento que el gran aporte de mi investigación será el conocimiento del profesorado desde otra perspectiva, una que reconozca al género como articulador de relaciones sociales, que junto con la raza y la clase van produciendo y construyendo sobre los cuerpos un conjunto de normas, valores, roles y funciones diferenciadas para hombres y mujeres, en una asociación binaria excluyente de las diversidades sexo-genéricas, que dan cuenta de las relaciones de poder de una sociedad. Así, la feminización docente sería el producto del conjunto de relaciones sociales centradas en el género, pero dadas en la relación capital-trabajo, que crea una realidad subjetiva y simbólica que, creo, atraviesa las problemáticas del profesorado y de la educación en general”, concluye.

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