Solange Meli formó parte de un grupo de escolares que fueron invitados a participar, el año 2010, en la fase piloto del Propedéutico UMCE, y que contaban con un promedio de notas equivalente al 10% superior de su establecimiento.
Ese año, ella cursaba sus estudios como Técnico Laboratorista Químico, en el Liceo Politécnico de Ciencia y Tecnología, de La Cisterna: “un día, el inspector fue a buscarnos y nos dijo que habíamos ganado una beca. Se trataba de un plan piloto que ayudaba a estudiantes que tenían buenas notas, con una especie de nivelación para que después pudieran ingresar a la universidad, sin importar el puntaje que obtuvieran en la PSU”.
Se trataba de la primera versión del Programa Propedéutico, que nació inicialmente bajo el nombre de Cátedra UNESCO “Inclusión a la Educación Superior”, y que pretendía brindar una posibilidad concreta de ingreso a la universidad.
Para aprobar dicho programa, debían cursar un plan de estudios de 4 meses, y que incluía módulos de Lenguaje, Matemática y Gestión Personal. El rendimiento contemplaba la aprobación de los tres módulos del plan de estudios y 100% de asistencia.
“Fui de menos a más”, recuerda Solange, “las primeras notas eran regulares, pero me decían que esa era la idea, que me fuera superando. Mi primer 7.0 fue en Lenguaje y cuando la profesora me dijo, no lo creía. Ahí me convencí que con empeño, podía”.
Rindió la PSU e ingresó a Kinesiología: “Fue difícil en un principio. No estaba acostumbrada a estudiar mucho porque retenía en clases. Pero aquí debía estudiar más. Había un ramo que se me hizo muy difícil –Física- pero busqué ayuda en mis compañeros, en el auto estudio y en la sicóloga del Servicio de Salud de la Universidad. Lo bajé (en rigor, lo rebajó de carga académica) el primer semestre, pero el segundo lo cursé muy bien”.
Hoy está egresada y este lunes inicia su práctica en el Área de Respiratorio Intensivo de la UCI/UTI del Hospital San José. Este será el primero de cinco campos clínicos que incluye su internado. Solo después de esta experiencia rendirá su Examen de Título.
Sobre su formación en la UMCE es bastante enfática: “un kinesiólogo UMCE tiene un sello propio y son reconocidos por ello. Se destacan por su formación y por su calidad humana. Somos capaces de brindar una atención de calidad, sin necesidad de contar, por ejemplo, con un equipo de última generación”. Espera especializarse, pero aún no decide en qué área. Espera tomar esa decisión al finalizar su práctica.
De la importancia de la existencia de instancias como el Programa Propedéutico, explica que “un mal resultado en la PSU no refleja un mal rendimiento en la Universidad”. Ella es la mejor muestra.