Me han informado que los gremios también harán lo suyo y próximamente habrá deliberaciones en el mismo sentido. Sumado a esto, el propio Consejo Académico aprobó en la sesión ordinaria del miércoles pasado la generación de procesos de debate al interior de las distintas facultades, a fin de recoger un pronunciamiento que profundice la opinión de la comunidad.
El conjunto de los acuerdos aprobados por los distintos estamentos, será representado como posición institucional ante el Gobierno, el poder legislativo, los medios de comunicación y en todo aquel escenario de debate donde sea requerida mi participación.
Sin embargo, no quiero dejar de precisar lo que ha sido mi actuación en este proceso. Mis intervenciones públicas, antes y después de conocido el proyecto en cuestión; es decir, en contextos temporales distintos, tanto en la iniciativa denominada Plan Maestro y en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, respectivamente, han respondido a mi particular visión durante el proceso de discusión, conforme a los estados de desarrollo que el debate ha tenido en esos distintos contextos. Opiniones provisionales, inspiradas desde la creencia de que el proyecto de ley podría haber significado un avance frente a los fallidos intentos que ha habido en el pasado de brindarles a nuestros profesores un camino de mejoramiento justo y digno. Cabe señalar que el trabajo realizado en el Plan Maestro fue una iniciativa que contó con la participación de 20 instituciones relevantes de la educación, incluidos el Colegio de Profesores y representantes estudiantiles de la CONFECH y la CONES, con participación ciudadana y la publicación de más de 120 acuerdos que dan cuenta de la mayoría de las materias que hoy están en la discusión. El proyecto de ley recoge parcialmente esos acuerdos.
A la luz de muchos aportes nuevos al análisis, con posterioridad a la presentación del Proyecto de Ley, desplegados por actores relevantes – como el Colegio de Profesores y la propia comunidad de la UMCE, entre otros – ha habido una evolución en la opinión, con nuevas perspectivas, sobre un proyecto que contiene diversos niveles de complejidad, que han permitido una maduración, una mayor claridad sobre lo mucho que está en juego.
El análisis de la información que se ha difundido por distintos medios permite comprender que las dificultades de diálogo del Gobierno con el Colegio de Profesores, hacen inviable que el Proyecto, tal como está, sea aceptado por la mayoría de los actores. De hecho, el Colegio de Profesores, en su Asamblea Nacional, se ha pronunciado recientemente sobre el retiro del Proyecto de Ley; asimismo, la CONFECH, en su asamblea del fin de semana.
Nadie podría estar en desacuerdo con la iniciativa de legislar sobre una carrera docente que reivindique el rol social de los profesores, cuyo anhelo durante mucho tiempo ha sido postergado, y que tanto nos concierne y compromete desde nuestra misión educativa, precisamente, centrada en la formación de profesores. Sin embargo, como he dicho anteriormente, el proyecto actual adolece de fallas estructurales que hacen indispensable su completa revisión, con la participación protagónica de los profesores, de manera que se alcance efectiva y satisfactoriamente lo que demandan; por lo que hago un llamado al Gobierno a aceptar esas condiciones, para que se logre un consenso satisfactorio en bien de Chile y su educación.
JAIME ESPINOSA ARAYA
RECTOR
Santiago, 8 de junio del 2015.
