El proyecto, dirigido por el astrónomo y académico de la UMCE, Luis Barrera, fue seleccionado en el I Concurso de Ciencia Aplicada del Programa IDeA, del Programa Fondef de CONICYT, para generar un “modelo de ciencias integradas que facilite el desarrollo de habilidades científicas de orden superior y la adquisición de contenidos de complejidad creciente y no redundante y aumente los niveles de logro en las habilidades de integración, síntesis y aplicación, bajo el marco del estudio de situaciones problemáticas”.
El equipo de Ciencias Integradas fue conformado por 12 investigadores, especialistas activos en Biología, Física, Matemática y Química, de formación original en Pedagogía (80%), y todos académicos de la Facultad de Ciencias Básicas de la UMCE.
“Me parece notable la conjunción multidisciplinaria que propició el proyecto”, sostuvo el vicerrector académico de la UMCE, Claudio Almonacid, durante la ceremonia de cierre de esta iniciativa. “Como Universidad Pedagógica tenemos una cualidad, contemplamos el mayor contingente de formación de profesores en el área de ciencia y creo que este proyecto aporta generando innovación curricular, trabajando el concepto de ciencias integradas y desde el ciclo básico, porque en general las ciencias están desarrolladas más hacia enseñanza media”.
La autoridad reiteró la contribución de la UMCE en la generación del pensamiento científico en el sistema escolar: “Chile está en una etapa de desarrollo social y económica que requiere de la formación de científicos. No sólo se queda en lo académico y divulgación, colabora al desarrollo de un modelo curricular a nivel de enseñanza básica”, sostuvo.
Luis Barrera destacó entre los productos la organización de las habilidades y su origen: “confirmamos con los profesores una confusión respecto de si se ordenan en orden superior, intermedio o básico (…) pero dónde están las habilidades de orden superior y qué debiéramos hacer para incentivarlas. Más allá de las experiencias, los profesores no las identifican y el Ministerio tampoco da señales al respecto”.
Tras reconocer la complejidad de las habilidades a través de un modelo, lo utilizaron para elaborar actividades, manuales y pruebas. Lograron el 36 % de incremento de aprendizaje tras la aplicación de estos materiales: “los más vulnerables tuvieron mayor nivel de logro, así como los primeros básicos, que son fuertemente influida por la mediación de los profesores en el desarrollo de las pruebas. En segundo, con mayor independencia intelectual el incremento es menor, lo que no puede ser considerado como una pérdida, sino como otra etapa”, sostuvo Barrera.
Los resultados fueron enviados a la Research Science Education, que evalúa la publicación de un paper, que incluye el informe de datos, la taxonomía y los incrementos.
