“Es el material que yo trabajo desde siempre”, señala el artista, “una variedad de piedra nuestra, generalmente granito gris y negro”. Con él realiza mezclas y uniones con la intención de crear obras muy íntimas, dice él, intimidad que plasma con “la presencia de pequeños haces de luz o espacios que connotan una relación con la arquitectura”.
Les llama piezas ‘domesticadas’, porque “las emplazo en algunos muebles y mesas que también fueron construidas por mí y que tienen una relación directa con el espacio que ocupa el hombre -naturales y de cobijo- que se trasforman en objetos que son parte de la vida cotidiana”.
La exposición de Gajardo fue inaugurada por el rector de la UMCE, Jaime Espinosa, quien destacó que una muestra así de poderosa esté en nuestra Universidad: tiene “mucha resonancia espiritual que proviene del material con que trabaja. Lograr sacarle al cerro o a la cantera la piedra dura, el material bruto y trabajarlo buscando la forma. Justifica así eso que hace el artista de descubrir lo que está al interior de la piedra, cuando le saca los materiales que finalmente permiten mostrar la forma artística”, sostuvo.
Gajardo adecua la obra al espacio, dice: “soy un respetuoso del espacio, de ahí que la obra converse con este espacio en particular porque está hecha para él, hay una intencionalidad de respetar el espacio y ese es un trabajo del escultor”.
“Es que el lenguaje de la piedra parte de un reconocimiento de la materialidad”, aclara, y “la piedra habla en la medida que le das y respetas su carácter, su forma y el proceso mismo de trabajo se va demostrando en ese quehacer: hay zonas que son rugosas porque obedecen a la materialidad natural, hay otras trabajadas porque han sido procesadas, pero siempre intentando de alguna manera rescatar la forma natural”.
El coordinador de Cultura de la Dirección de Extensión de la UMCE, Jorge Berríos, reconoce el trabajo del escultor, en un “difícil medio de expresión, lo duro y tosco del material avizoran una tarea ardua desde su inicio”.
En su gran taller-casa en Doñihue, agrega, se limpia y definen las formas que previamente ha proyectado en una maqueta pequeña de arcilla, “que más bien parece la pieza del juego de un niño, difícil es imaginar que la diminuta obra vaya a ser la esencia de una roca transmutada en una pieza de arte”.
Berríos destacó la pulcritud y delicadeza de su oficio, “en consonancia con la síntesis de un objeto poético, que revela no sólo la capacidad de conocimiento y técnica del artista, sino de una expresión va más allá de la imaginería que pueda rondarle”.
La exhibición de José Vicente Gajardo permanecerá abierta hasta el 30 de octubre.
