Probablemente es el “creador artístico más conocido en Chile, no por nombre, sino por su iconografía”, agregó, cuyo trazo grueso y fuerte contenido social data desde fines de los años '60, cuando junto a la Brigada Ramona Parra (BRP) -de la que es uno de los fundadores- plasmó sus primeros murales callejeros, de tintes clandestinos y mensajes reivindicativos.
Formado en la Escuela Experimental Artística de Santiago, se especializó en pintura. El soporte era la ciudad misma, aclaró el también artista plástico Jorge Berríos, y el pigmento provenía entonces del material que tuviera a su alcance: óleos y esmaltes de tarro y pinturas sobrantes, respaldando así una propuesta directa, sin prejuicios y de corta vida.
Entrado ya en el gobierno de la Unidad Popular, participó con la BRP en dos murales de gran importancia, que definieron el camino del colectivo y el propio: "El primer gol del pueblo chileno", en 1971, junto a Roberto Matta, en la piscina municipal de La Granja (hoy Centro Cultural Espacio Matta) y el concurso de la ACHS, en 1972, para decorar un muro de la sala de espera en el Hospital del Trabajador. El golpe de Estado terminaría con él y sus correligionarios sumergidos en la clandestinidad.
Estudió Diseño Teatral en la Universidad de Chile, y se convirtió en en jefe de Pintura Escenográfica en el Teatro Municipal durante la década del 80, levantando los fondos de obras como “Don Quijote” y “Romeo y Julieta”. Estuvo a cargo de paisajes urbanos de películas como “Machuca”, “La Frontera”, “La Fiebre del Loco”, “La Lección de Pintura” y los escenarios de la franja del “NO”.
Con reconocimiento internacional y muestras permanentes en distintos lugares del mundo, llega a la sala Nemesio Antúnez. También es profesor de talleres comunales de gráfica callejera y ha impartido charlas sobre arte urbano en diversas escuelas chilenas de diseño y del extranjero, en países como Argentina, Holanda, Francia, Italia, Ecuador, Perú y Cuba, entre otros.
Su exhibición permanecerá abierta hasta el 17 de julio.