Es así, como ante el curso prelegislativo de la “Nueva Carrera Docente”, el rechazo por parte del 97% de los y las profesoras en ejercicio y la actual paralización indefinida del Colegio de Profesores, distintos actores de la comunidad universitaria del Pedagógico, reunida en sesiones biestamentales y triestamentales durante esta semana, declaramos lo siguiente:
1. Este proyecto potencia el sistema de competencia y examinación tanto en la escuela como entre docentes, lo cual solo fortalece el sistema neoliberal en el cual nos encontramos, donde no se entiende la escuela como un espacio de trabajo colaborativo. El docente se ve como un actor individual, deshumanizado y precarizado en los procesos educativos. A su vez, los procesos de postulación a la formación inicial docente siguen las lógicas de estandarización evaluativa, considerando a la Prueba de Selección Universitaria como un instrumento que demostraría la capacidad de una persona para poder ingresar a estudiar pedagogía.
2. En la actualidad como docentes nos encontramos con una carga de trabajo agobiante, una alta cantidad de estudiantes por curso, que en la mayoría de los casos sobrepasa los 45. En este contexto, como profesionales de la educación creemos imprescindible reivindicar no solo la dignidad en términos salariales, sino también de trabajo, por lo tanto, exigimos: Un contrato estatal único; una carrera funcionaria universal de los trabajadores de la educación no solo para el mundo municipal; 50 horas lectivas y 50 horas no lectivas; una baja significativa en la cantidad de estudiantes por aula; un sueldo basado en las horas de trabajo, que se haga cargo de la problemática de las disciplinas que se han ido marginando del currículum escolar, es que se hace necesario plantear una ingreso salarial mínimo. En esta misma línea, se debe tomar en cuenta los derechos laborales de los trabajadores de la educación, como por ejemplo, el derecho a post natal de estos.
3. Las evaluaciones planteadas, responden a una mera medición, son estandarizadas y poseen como eje central el castigo, a su vez, se liga la remuneración a una acreditación constante por parte de los docentes. Por tanto, no logra perseguir una concepción de evaluación que logre retroalimentar una mejora constante en los procesos educativos y las distintas comunidades, haciéndose cargo de la necesidad de una capacitación y desarrollo sistemático que logre plantear procesos de mejora y no una mera exclusión. A su vez, es importante destacar que dicha evaluación debe ser contextualizada y que responda a las necesidades de las distintas comunidades de aprendizaje.
4. El proyecto desvalida la preparación en pregrado, planteando un proceso de mentorías que se concibe de forma descontextualizada, tanto de la realidad educativa de cada escuela, como de los conocimientos y realidades docentes en base a su casa de estudio. Ante esto, se propone que el Estado entregue un trato preferente a las instituciones que imparten pedagogía, como también mejorar el proceso de mentorías, dotándolo de un carácter de acompañamiento y/o inducción por parte del contexto escolar en donde se desenvuelve el profesor recién titulado. A su vez, dicha inserción en los contextos escolares no debe iniciarse al momento de obtener el título profesional, sino que debe iniciarse de forma temprana a través de diferentes prácticas a lo largo de su formación inicial.
5. El proyecto trata con desmedro a los profesores que han entregado su vida a la docencia, eliminando el bono por retiro. Desde nuestra perspectiva, se hace necesario que exista una previsión estatal para los trabajadores de la educación, como también asegurar condiciones mínimas de jubilación, en base a un 75% del sueldo que dicho trabajador tenía antes de jubilar.
Ante lo descrito con anterioridad y comprendiendo que durante este periodo, lo que se ha instalado discursivamente por parte de esta institución ha estado en la línea de validación y fortalecimiento de este proyecto de ley, hoy exigimos que la propuesta de carrera docente que actualmente se encuentra en curso, sea retirada del parlamento, pues no podemos caer en la lógica parlamentaria de solo hacer indicaciones al proyecto, más cuando éste fue consolidado por los mismos expertos que hoy mantienen las lógicas del mercado y la competencia en la educación, sin evidenciar ningún cambio de paradigma.
Por lo tanto, se hace necesario convocar a los reales actores de la educación para crear un proyecto que dignifique la labor y rol de los trabajadores de la educación, destacando en dicha participación a estudiantes, profesores, funcionarios de la educación, entre otros, ya que es necesario potenciar un espacio donde los actores que hoy vivimos la precariedad y la explotación del sistema educativo podamos aunar nuestras propuestas, porque hoy somos claros: Los actores de esta comunidad educativa, a diferencia de nuestra rectoría, rechazamos el proyecto y exigimos su inmediato retiro del parlamento.
FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DEL PEDAGÓGICO
Santiago, 04 de junio de 2015
