Se trata de “tres propuestas diferentes respecto del volumen, que se reúnen en torno al minimalismo y a la síntesis en la obra”, describió el coordinador de Cultura de
Los “paisajes volumétricos de Julio Meyer son los más elaborados, así como la repetición de la figura humana de Bascuñán, tratada en diferentes potencialidades”, agregó. Junto a ellos, “Marianella y María Elena, se fusionan en una propuesta propia, coherente, ceremonial y simbólica de
A su vez, el artista y profesor de Pintura y Estética Humberto Zacarelli destacó en la muestra “mucho oficio y seriedad, no hay improvisación acá, sino mucho estudio previo”, dijo.
La definió como “cerámica escultórica”, aludiendo a una cerámica cercana a la escultura: “forma, estructura y composición elaborada de tal manera, que ya pasa a ser escultura: la instalación de Marianella Núñez y María Elena Retamal tiene el mérito de que, además de ser cerámica, incorpora la imagen fotográfica, juega con el espacio, el movimiento y la línea para lograr tal efecto que uno cuando entra, vuelve hacia atrás en el tiempo y la historia del encuentro de los pueblos indígenas con los españoles.
La escultura de Julio, añadió, “siendo cerámica, está tratada de tal forma, que es metálica, y tiene esa fuerza, esa idoneidad del metal y a incorporación de elementos tangibles, como ese sol que penetra en las formas más abstractas”. El metal de Bascuñán “totalmente abstracto, tiene un sentido y secuencialidad”.
La exposición permanecerá abierta hasta el 9 de enero, de lunes a jueves de 09:00 a 18:00 horas, y los viernes, de 09:00 a 13:00. La entrada es liberada.