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Miércoles, 28 Mayo 2025 17:43

Académica UMCE lanza colección de cuentos que invitan a repensar la enseñanza de la matemática desde la experiencia cotidiana Destacado

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En su innovadora propuesta de recursos de enseñanza, Noemí Pizarro conjuga la rigurosidad de los contenidos matemáticos con una sensibilidad pedagógica extraordinaria.

Con la presencia de la Rectora de la UMCE, Dra. Elisa Araya Cortez, se realizó el lanzamiento de la colección “Cuentos para la sala de clases: matemática, didáctica y formación ciudadana”, obra de la Dra. Noemí Pizarro Contreras, profesora y secretaria académica del Departamento de Matemática.

La actividad reunió a autoridades, docentes, profesionales y estudiantes en una jornada que puso en valor una propuesta innovadora de recursos de enseñanza, situada en el contexto social y cultural del país, y orientada a una enseñanza crítica y significativa de las matemáticas que, según la autora "sintonizan con los decretos 170 y 83 y con la ley 20.911". 

A través de los cuentos “Falta una variable”, “Menos puede ser más”, “De San Fabián a Calama”, “Una familia como todas” y “Le cere”, inspirados en historias que emergen de trabajos con escuelas, a partir de proyectos de innovación y vinculación con el medio que están presentes en nuestra cultura que cruzan números con realidades sociales, ecuaciones con género y proporcionalidad con justicia, la Dra. Pizarro plantea más que un conjunto de recursos pedagógicos: ofrece una invitación a pensar y sentir las matemáticas desde la experiencia cotidiana, desde las desigualdades, la ternura y el poder transformador de las aulas.

A cargo de la presentación, el director de Educación Continua, Claudio Quiroz Troncoso, destacó que “Noemí enseña geometría, estimación y números enteros; pero también enseña que restar lo negativo puede ser ganar, y que muchas veces lo que falta no es una incógnita, sino el reconocimiento de las historias que nunca se cuentan. En sus relatos la matemática no es neutra: se convierte en un lenguaje para comprender el mundo, visibilizar lo invisible y abrir la escuela a los afectos y las luchas cotidianas”, señaló.

"Enseñar el mundo en el que vivimos"

Compartiendo con la entusiasta audiencia, la autora expresó que espera que su propuesta sea un aporte para el mundo educativo. “Enseñar matemática es mucho más que enseñar números, operaciones, formas geométricas, datos y su representación e interpretación; es enseñar el mundo en el que vivimos, y ese mundo es político, no es neutral. Hay injusticias, hay perspectivas de género, somos todos/as diversos/as, y eso tenemos que enseñar y relevar en la escuela. La escuela debe ser la institución promotora para hacer los cambios que queremos en educación”, enfatizó la profesora Pizarro.

Respecto a la motivación que la llevó desde la didáctica matemática a la escritura de cuentos, compartió: “Alguna vez escuché por ahí que estudiar pedagogía es una forma de cambiar el mundo. No tengo la certeza que cambiemos el mundos si nuestros estudiantes aprenden matemáticas, pero sí creo que promoviendo una formación ciudadana centrada en valores y derechos humanos, podemos hacer un mundo menos dañino. Estando en aulas por cuestiones de investigación y vinculación, observé que los estudiantes más vulnerados no leen ni les leen cuentos. Parece que  oir y leer cuentos es para infancias con privilegios intelectuales o económicos.  Por otro lado, las matemáticas que se presentan en las aulas, en variadas ocasiones, no se contextualizan, no hablan de las cosas que pueden vivir los estudiantes. Por ello, creo que una forma de trabajar ciudadanía, matemática y hacer matemáticas es por medio de textos. Los textos son pensados para estudiantes, pero para que quienes enseñan los utilicen para profundizar y contextualizar matemática por medio de la formación de ciudadanos conscientes, críticos y que hagan un mundo mejor, o menos malo que el que tenemos. Hay que soñar, los profesores tenemos que tener la convicción que en la sala tenemos el futuro, tenemos sueños, por ello, tenemos la responsabilidad de formar personas que reviertan lo que nosotros no estamos haciendo bien”.

“A mí me encantaría que mis colegas no sólo se lleven el cuento, sino que pudiésemos trabajarlo en clases, que se leyeran para hablar de formación ciudadana y profundizar en matemáticas.  Los cuentos tienen un contexto matemático, pero apuntan a mejoras desde la enseñanza: tienen una componente didáctica, soy doctora en didáctica de la matemática, a eso me dedico, pero no formo matemáticos, formo personas, ciudadanos que tendrán el mundo en sus manos. Es importante que nuestros estudiantes se sientan identificados, que defendamos quiénes somos y transformemos la sociedad desde la escuela”, concluyó.

Visto 179 veces Modificado por última vez en Miércoles, 28 Mayo 2025 21:05