por Andrés Latorre
Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica
Comunicaciones Museo del Instituto Pedagógico Valentín Letelier
A cargo de esta conmemoración estuvo la Fundación Recabarren, ya que fue Bernardo Recabarren quién rescató los restos mortales de Murga de acabar en la fosa común, respetando la amistad entre su padre y el poeta. Y hoy, posee su tumba y sus homenajes en el Cementerio Parroquial de San Bernardo, lugar colorido de flores que hacen memoria de los que partieron de este tiempo. En esos homenajes, también habló Lucía Godoy, fundadora del Museo del Instituto Pedagógico Valentín Letelier, quién lo nombró como un “príncipe de las ideas”, destacando su amistad con Eugenio González Rojas, Neruda, Eusebio Ibar, Yolando Pino y José Recabarren. También se develó la escultura con el busto de Murga, obra realizada por Evelyn Recabarren, directora de la Fundación.
Murga fue un versador excelente, nostálgico, cargado de simbolismos que se desanudaban en el deseo erótico, retenido por la torcedura de la castidad. Palabras otoñales iguales a las hojas cayendo al suelo, un ritmo reconocible, una cierta musicalidad en el verso sin ser oída. Es que Romeo es uno de escritura superior, pero desapercibido y sombreado por la tuberculosis que inutilizaba sus pulmones lentamente hasta quitarle la vida, veintiséis días antes de su cumpleaños número veintiuno.
En este sentido, Cristóbal Lara, diseñador y docente de talleres de Recreación Histórica, participante de esta romería junto a sus estudiantes del colegio Las Nieves, manifestó su opinión sobre esta instancia. “Es una instancia fantástica, partiendo porque los chicos están en un taller de recreación histórica y, antes de recrear, tienen que conocer su patrimonio local. Porque si no aman o no conocen su historia, es difícil que tengan un sentido de pertenencia. En el caso del poeta Murga, él murió muy joven, pero dejó un legado que hasta nuestros días sigue vigente. Entonces, es una gran enseñanza para los chicos el que ellos, siendo jóvenes, pueden generar cambios y dejar una huella. Al final, la creatividad deja huella y lo hizo Romeo Murga”, señaló el docente.
Por otra parte, Melanie Ayala, profesora en formación de Educación Básica de la UMCE, quién realiza su práctica en el Museo institucional, mencionó que “me pareció bastante interesante. No sé si la palabra es emotiva, porque la asocio a la tristeza o al llanto. Pero fue emotivo en la alegría, en recordar. También la alianza que tienen las diferentes instituciones. Eso me sorprendió. Fue muy bonito el encuentro y agradecida de la invitación y ser partícipes de esto”, indicó la estudiante.
El Museo recuerda constantemente a sus hijos y conmemora a Murga como uno de los suyos, escritor notable como muchos/as que han salido de las aulas del Pedagógico.