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Historia del Departamento de Formación Pedagógica

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HISTORIA 1981 - 2017

Hace 128 años (1889) al fundarse el Instituto Pedagógico como entidad formadora de los Profesores de Educación Secundaria del país, en su malla curricular primigenia, junto a las respectivas especialidades (Ciencias Naturales, Ciencias Físicas, Matemáticas, Historia y Geografía, Lenguas Vivas y Filología) se distinguía un área destinada a la formación profesional-docente, común a todos los estudiantes: Filosofía y Pedagogía, que incluía Psicología, lógica, metodología, moral y filosofía de las ciencias.


Esta Cátedra fundacional e integradora estuvo a cargo del profesor doctor Jorge Enrique Schneider, experto en Psicología y Pedagogía, además, primer director-fundador del Liceo de Aplicación (1892-1902).


En ella se encuentra la matriz y estructura que en la línea del tiempo se ha mantenido como substrato primordial en la formación profesional y humanista del docente en Chile, al igual como sucede en el resto de las Instituciones formadoras de maestros en América Latina y en el mundo entero, hasta hoy.
Es esta impronta formativa la que se desarrolló en las diversas instancias universitarias, ya sea como Departamento o Facultad de Educación, permitiéndoles con legitimidad epistemológica y profesional titular a sus egresados como “Profesor de Estado, con mención” (en la respectiva especialidad).


Su ubicación física en el Parque de Macul 774 (desde 1950) y la consolidación de su masa crítica y de su calidad investigativa y docente, facilitó el desarrollo de múltiples ciencias (naturales y sociales), la fundación de institutos y carreras paralelas (sociología, psicología, bibliotecología, periodismo, geografía, entre ellas), la irradiación de su influjo hacia la América Latina y, en fin, la creación y difusión de publicaciones, como textos escolares y revistas. Tanto la Facultad como el Departamento de Educación de la Universidad de Chile, sufrirían inconsultas y arbitrarias transformaciones durante la etapa dictatorial (1980-1981), sin lograr borrar el imaginario del Pedagógico, ni sus rasgos distintivos como institución formadora de maestros de todos los niveles y áreas del sistema educacional chileno, manifiestos con relieve propio hasta la actualidad.


En este contexto es que nacen el Departamento de Formación Pedagógica (1981), continuador del Departamento de Educación, y la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE, 1985), como sucesora legal del Pedagógico. La estructura e intencionalidad que animaba tales cambios nominales resulta ahora anacrónica e inadecuada, por lo cual surge el desafío de realizar los cambios pertinentes, adecuándolos a la realidad actual. En toda su historia como Departamento pedagógico, al igual que en las instituciones formadoras de docentes en general, ha persistido la pugna con las especialidades, las cuales no acaban de comprender que por sí solas no construyen un saber pedagógico, y no instituyen roles necesarios en la formación social-humanista y docente que debe ser entregada por académicos e instituciones prioritariamente centradas en ella.


Por otra parte, la triple condición epistemológica y práctica que conlleva la formación profesional docente, a saber, la que otorgan sus disciplinas fundantes (filosofía, sociología, Psicología, historia, etc.), las que coadyuvan en el plano organizacional, instrumental y didáctico (organización o gestión escolar, currículo o programas, evaluación, orientación u otras), y las prácticas docentes, hace que también se observe en la línea temporal de modelos curriculares la prevalencia de uno u otro de estos componentes, generando mallas y perfiles profesionales más integrales y socio-humanistas, o más tecnocráticos e instrumentales, o a veces más operativos y pragmáticos, como en el modelo conductista. Estas pugnas, ligadas a la calidad vincular con los departamentos de especialidad o a la primacía epistemológica y valórica en sus tendencias internas, ha obstaculizado el pleno ejercicio de una acción académica plena, creativa y proyectiva del Departamento de Formación Pedagógica en el seno de la Universidad.


Es por ello que se hace necesario, junto con la refundación institucional de la Universidad Pedagógica toda, rehacer un proyecto estratégico, actualizado y desafiante de nuestro Departamento acorde con las exigencias de la realidad nacional y del siglo XXI, potenciando y enriqueciendo su labor tridimensional (investigativa, formativo-docente, y de extensión, publicaciones y difusión), lo cual conlleva su cambio de denominación al de Departamento de Educación.


Con ello estamos asumiendo nuestra propia historia y adecuándonos a los actuales desafíos y compromisos de la educación chilena, dada su significación estratégica para el desarrollo del país.
La complejidad del proceso educativo, y por ende, de la formación docente, en todas sus áreas y niveles, los requerimientos de calidad así como de las inevitables acreditaciones, la condición de universidad estatal y con vocación de servicio público nos hace sino exigirnos al máximo como comunidad universitaria para continuar siendo la Universidad Pedagógica de Chile, ahora del siglo XXI.