El próximo 27 y 28 de noviembre, más de 290.000 jóvenes rendirán la Prueba de Selección Universitaria en las sedes habilitadas a lo largo de todo el país. Es la parte final de un proceso que muchos jóvenes sienten como definitivo para su futuro, con la consiguiente tensión que esto implica. Para evitar que los nervios jueguen en contra, Patricio Escorza, psicólogo y académico del Departamento de Formación Pedagógica de la UMCE, entrega algunos consejos que pueden ayudar a enfrentar de mejor manera este proceso.
El estudio a última hora no sirve: Es importante tener presente que forzar al cerebro para la memorización de contenidos a último momento, por ejemplo, estudiar el día anterior o la misma noche previa a la prueba más bien, provoca resistencia cerebral, por ende, niveles mayores de estrés, por lo tanto, no es recomendable. Como se decía antiguamente, “lo que no se adquirió durante un proceso no se logrará en unos días”. Esto está demostrado por los estudios actuales de neurociencia cognitiva.
Relajarse: El manejo del estrés previo a la prueba se puede realizar con ejercicios de relajación para que al momento de enfrentarse al proceso, estos estén incorporados cerebralmente, de manera que puedan ser reconocidos por el cerebro. Por ejemplo, ejercicios de respiración: tomar aire profundamente por la nariz, contenerlo por 5 a 7 segundos y exhalar por la boca lentamente. Este tipo de ejercicios reactivan redes neuronales que permiten la liberación de químicos que relajan y configuran sensaciones de relajación, como la dopamina o la oxitocina.
Con la PSU no se acaba el mundo: Es importante plantearse el desafío de rendir la prueba como uno más que debemos enfrentar en el desarrollo del ciclo vital, no como un determinante, para el futuro, sino como parte del desarrollo. De esta manera los niveles de ansiedad disminuyen permitiendo la evocación de la información con mayor facilidad para resolver los problemas que presenta la prueba.
Evitar entramparse en una pregunta en particular: En el desarrollo de la prueba, si nos enfrentamos a un pregunta que no podemos resolver en determinado tiempo, debemos continuar, pues el avanzar nos permite evocar otras informaciones que nos facilitarán relaciones que nos permitirán en una segunda vuelta al instrumento de medición, resolverla satisfactoriamente, sobre todo en la prueba de matemáticas.
De igual manera si aparece un proceso angustioso durante el proceso de desarrollo de la prueba es recomendable, detenerse, no persistir, Hay hacer nuevamente ejercicios respiratorios y luego continuar, pues el proceso ansioso y por ende, de estrés, comienza a liberar la hormona cortisol, la que puede aumentar su liberación generándose un ciclo que interfiere con los procesos de contención orgánica y que puede consumir mucho más tiempo de reposición que el que se consume deteniéndose y realizando los ejercicios respiratorios.
Mantener las expectativas claras: Es importante establecer que las expectativas tienen relación directa hoy con las demandas impuestas familiarmente y socialmente. En este caso hay que fortalecer la idea de que las expectativas deben estar en función de cada joven y no en función de los demás. Esto no quiere decir que no se escuche a otros/as, sino que se toma toda la información para establecer las expectativas personales. Si éstas no se cumplen, hay que disponerse a realizar un análisis autocrítico para luego poner voluntad, que corresponde a la acción misma, de tomar la vida bajo la responsabilidad personal y planificar un proceso más asertivo para el cumplimiento de las expectativas personales.
Apoyo familiar: Un familiar, padre, madre, abuelos, hermanos, profesor etc. debe brindar apoyo constante antes y después de rendida la prueba, de conocerse los resultados. En caso de que los resultados no sean los esperados, no se debe recriminar, sino brindar un sustento emocional y brindar un sustento proyectivo y consensuado con él y la joven en particular.