Ese mismo día, agregaron, horas más tarde, enfrentamos a la USACH, partido que fue muy luchado. "Al final ganamos por un marcador muy estrecho (24-21)", enfatizaron.
Nuestro siguiente rival, añadieron, fue la Universidad de Antofagasta, encuentro que rápidamente se cargó a nuestro favor, lo que permitió darle descanso a nuestras mejores jugadoras y también permitió que nuevas jugadoras integradas este año al proceso tuvieran una destacada participación: "fue un partido de trámite tranquilo que se ganó por un buen margen (34-20) lo que nos dejaba muy bien en lo anímico y en lo deportivo", aseguraron.
Nuestro último rival en la fase de grupo, argumentaron, era la tradicional ganadora de lugares en los torneos universitarios, la Universidad de Concepción, rival al que debíamos vencer para acceder a las semifinales. Pero teníamos otra tarea, recordaron, vencerla por una diferencia de cinco o más goles para salir primeros del grupo: "El partido pasó por momentos duros y marcador estrecho, pero fue en los últimos minutos que el corazón y la garra de las jugadoras de la UMCE distanciaron el marcador a su favor y el partido término por la diferencia necesaria para salir primeros del grupo (31-26)".
Así se llegó a la semifinal contra la Pontificia Universidad Católica de Chile y posteriormente con la Universidad de Chile. Esta última ocho veces campeón del torneo consecutivamente.
En un arduo enfrentamiento, la U. de Chile onquistó su novena medalla dorada, pero la UMCE, luego de un proceso que se inicio el año 2012, logro su objetivo. Nos sentimos orgullosas, sentenciaron las estudiantes de la UMCE, ya que llegamos a la final de manera digna y honrosa: "luchamos cada partido y demostramos en cancha el valioso trabajo realizado durante un año donde no importó la lluvia ni el frío invierno".
Nicole Llanos, estudiante de la carrera de Educación Física, capitana del equipo de balonmano UMCE.