Un total de 23 estudiantes de la UMCE culminaron el primer curso electivo “Introducción a los derechos humanos, tolerancia y no violencia” que forma parte de la Cátedra UNESCO - Mandanjeet Singh, para promover la diversidad cultural, el diálogo intercultural y una cultura de paz”, y que por primera vez fue impartido en la UMCE por un grupo de profesores encabezado por el director ejecutivo del Museo de la Memoria, Francisco Javier Estévez.
Esta iniciativa fue propuesta a la UMCE por el mismo Francisco Estévez, tras recibir de parte de la UNESCO el premio Mandanjeet Singh 2014 por su contribución en temas de promoción de la tolerancia y la no violencia. El premio destaca los valores de tolerancia y no violencia en las artes, la educación, la cultura, la ciencia y la comunicación. Se entrega cada dos años a personas o instituciones que hayan contribuido de manera excepcional en esos temas.
Según explicaron sus responsables, en la UMCE, el curso electivo surgió de un trabajo de reflexión y desarrollo de actividades coordinadas de manera conjunta con la Facultad de Filosofía y Educación de la UMCE, dirigidas a la sensibilizaciòn de la comunidad universitaria sobre la importancia de los Derechos Humanos.
Para el rector de la UMCE, Jaime Espinosa, es un cierre exitoso de una cátedra que “tiene como centro al hombre, al ser humano, que nos obliga a hacer los que nos corresponde como Universidad que se consagra a la educación. Detrás de esta idea está la ética, el deber como Universidad formadora de profesores y que se presenta a cabalidad con este proceso, que no sólo se concentra en esta actividad, sino también en la voluntad de esta Universidad, expresado a través de su Modelo Educativo que incluye éstas y otras temáticas transversales”. Francisco Javier Estévez, agregó la autoridad, como gestor de este programa “tuvo la iniciativa de proponer a la UMCE y privilegiarnos para poder llevar adelante este proyecto. La decana Ana María Figueroa accedió a hacerse cargo de la organización e implementación, y el equipo académico colaboró en el proceso”.
El director Estévez destacó el carácter voluntario del curso: “no existía la obligación de la nota, sino el compromiso con la importancia de incorporar el tema en la dimensión formativa” a través de trabajo de grupo, investigación y análisis. El resultado, puntualizó, “fue formidable: de un nivel académico muy destacado, que nos hace sentir profundamente entusiasmados y orgullosos, porque estos estudiantes son ciudadanos y ciudadanas, y están acá para transformar el mundo, lo que es injusto, y sueñan con un mundo mejor”.
Graciela Muñoz, parte del grupo de profesores coordinadores del curso, señaló que fue un “largo caminar desde que nos constituimos como Cátedra UNESCO (…) y fuimos convocados a pensar cómo insertar los Derechos Humanos en la formación docente, como una práctica relevante del quehacer pedagógico”. Así fue que durante el segundo semestre convocaron es participar en este curso electivo a estudiantes de diferentes carreras, de quienes se destacó “su compromiso, debate y problematización, generados a raíz de los contenidos, así como de su sensibilidad y apertura para participar de las propuestas metodológicas que permitieron vivenciar los Derechos Humanos”, agregó la académica, que integra el Departamento de Educación Parvularia de la UMCE.
La decana de la Facultad de Filosofía y Educación, Ana María Figueroa, se refirió al sentido del curso y afirmó que “la competencia que quisimos desarrollar fue la promoción de prácticas educativas que contribuyan a la tolerancia y la no violencia en los aspectos en los que participan los futuros profesores. Pero cómo se logra, a través de un trabajo durante la formación, que espero sea continuidad de la experiencia previa del estudiante, de su vida cotidiana”.
Al mencionar las proyecciones de esta iniciativa, la decana afirmó que la mejor forma de trabajar requerirá de la ayuda de quienes tomaron este electivo “para implementar talleres de reflexión y sensibilización sobre la necesidad de incorporar este tema en la formación, pero no sólo como un curso aislado, sino en la práctica cotidiana”. Para ello, dijo, han diseñado como equipo propuestas tentativas de esos talleres, que considera la presencia de estudiantes como primeros “embajadores al interior de esta universidad para avanzar en esta materia”. En paralelo, diseñan dos cursos electivos para instalar la cátedra UNESCO como una posibilidad para todos los estudiantes de la UMCE. A su vez, levantarán para el 2018 un fondo concursable para la realización de memorias y seminarios de título respecto de estas materias. Además, continuarán patrocinando iniciativas relacionadas con “recuperar la memoria en temas vinculados con Derechos Humanos”.
Romina Ramírez, profesora transgénero formada en la UMCE, agradeció “la posibilidad de entregar un mensaje de inclusión y de respeto a toda la diversidad”, en este curso “que les va a permitir a los estudiantes acercarse a realidades invisibilizadas y marginadas del discurso oficial (…). Espero que este gesto de inclusión se multiplique y abarque todos los ámbitos”, dijo.
En los trabajos finales, detalló Graciela Muñoz, mostraron “las debilidades del sistema para concretizar el respeto a los Derechos Humanos y su compromiso para visualizar y generar espacios inclusivos y de respeto a las personas, especialmente en el ámbito educativo.
Testimonios
Los estudiantes Ornella de Silvestre (Castellano) y Patricio Valdebenito (Biología) compartieron parte de sus experiencias en el electivo. El relato de Ornella abordó el concepto de Derechos Humanos, “tan manoseado a veces y llenos de significados. Tan abstracta a la vez y tan alejada del país en que vivimos: basta ver en Chile cómo se tratan a los inmigrantes, a los pueblos originarios, cómo viven los niños del SENAME (…), la inequidad de género (…), en un país que se cree inclusivo, pero que no educamos al respecto”.
La formación docente, añadió, “está al debe con la renovación de cátedras, en cuanto a que no se tratan temas relevantes, como la inclusión y la no violencia (…). Impartir este curso fue un paso importante en nuestra Universidad, que espero se convierta en un primer paso hacia una mirada más inclusiva y crítica en nuestra labor docente”.
Patricio Valdebenito relató que este semestre “fuimos capaces de mirarnos a la cara y escucharnos (…). Durante nuestras clases pudimos conversar sobre el concepto de ciudadanía universitaria y su añadidura al sentido de pertenencia e identidad. Es hora de abrirnos como universidad y humanizarnos, llamarnos por nuestros nombres, cultivar vínculos entre profesores, estudiantes y funcionarios en este espacio. En mi nombre y el de mis compañeros, solicito y propongo que una instancia como ésta sea un punto fundamental de la formación. Debemos tomar medidas y esta debe ser una. Debemos institucionalizar la educación en Derechos Humanos y de manera transdisciplinar Usemos el concepto de profesores en un sentido amplio”.
Ciudadanía Universitaria
Francisco Estévez, director del Museo de la Memoria, y responsable de que esta cátedra fuera impartida en la UMCE, recordó durante la ceremonia de cierre que en este mismo espacio –la recientemente reconstruida Sala Juan Gómez Millas- se le restituyó su ‘ciudadanía universitaria’. Estévez relató que tras una resolución dictada tras el golpe militar, “luego de un proceso injusto se resolvió que fuera expulsado de todas las universidades chilenas”. Ese acto, dijo, “quedó escrito en mi memoria y ha motivado después una reflexión sobre la trascendencia de entender el concepto de ciudadanía universitaria en toda su magnitud, vinculada a derechos y responsabilidades”.
