Una revisión a la formación ciudadana en el sistema escolar chileno y la educación superior, sus prácticas actuales, así como recomendaciones de mejora, presentó el académico del Departamento Formación Pedagógica Dr. José Michel, en el Seminario Formación ciudadana. Fundamentación teórica y experiencia educativa el caso de Chile, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, del Centro de Estudios Sociológicos, Grupo de Análisis de Política Educativa, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Dicha presentación es parte de un proyecto en el que participa como investigador, denominado Sistematización de experiencias educativas para la ciudadanía mundial en distintos contextos nacionales, y que determinó que la formación pedagógica, en el sistema escolar chileno, se concentra en la asignatura de Historia y Geografía y Ciencias Sociales, en un ejercicio poco institucionalizado, sin perspectivas claras y desconectado de las políticas educativas y el trabajo cotidiano en las escuelas.
Según explicó el Dr. Michel, “el propósito de la presentación fue realizar una aproximación al concepto de formación ciudadana, desde una perspectiva teórica y su fundamentación constitucional, legal, tanto en el nivel escolar, como en el nivel universitario: qué nos dice el currículo prescrito, el declarado, sobre la formación ciudadana y cuáles han sido las recomendaciones que han surgido desde su implementación”, comentó.
Formación ciudadana en la escuela
En Chile, agregó, “con la vuelta a la democracia las instituciones del Estado propusieron la introducción de la educación ciudadana en todo el sistema educativo para dar respuesta a problemas en torno a la igualdad libertad, justicia, solidaridad, dignidad y los Derechos Humanos”.
En el año 2019, señaló, “el MINEDUC decretó la reposición de formación ciudadana como asignatura independiente, en tercero y cuarto medio, ya que el aprender a vivir en democracia se tornó como una tarea ineludible”.
Sin embargo, apuntó, “para la Constitución de 1980 la responsabilidad de la educación recae en los padres, no sobre el Estado -contrariamente a lo que planteaba la Constitución de 1925, que consideraba la educación como en atención preferente del Estado-”.
Durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, año 2009, recordó, “se dicta la Ley General de Educación, que hace explícita una serie de principios inherentes a la ciudadanía y que forman parte consustancial a las distintas concepciones teóricas de ciudadanía: Derechos Humanos, las libertades fundamentales, la diversidad multicultural y de la paz, como en ciudadanos y ciudadanas cada vez más cultos y libres”.
En la educación superior
En la educación superior “hay acuerdo, en términos académicos, en que la labor formativa de la universidad se extiende a la preparación de ciudadanos como personas íntegras que aporten a la comunidad en donde todos los sectores sean capaces de interrelacionarse socialmente bajo parámetros éticamente correctos”.
En el año 2023, añadió el académico, el Consorcio de Universidades del Estado de Chile, (CUECH) presenta el denominado Manual de Buenas Prácticas, en el cual plantea que “la labor educativa, en términos de análisis vinculado a la formación ciudadana, no ha de formar parte de una necesidad curricular encuadrada únicamente en el ámbito universitario o de las aulas, sino que tendría que alcanzar a la comunidad en su totalidad. Además, se tendría que integrar en la educación superior pública valores para la convivencia y la mejora en la calidad del sistema democrático sobre todo en tiempos de incertidumbre y rupturas sociales dadas por la continuidad de movimientos sociales la pandemia global y los ensayos constitucionales de los últimos 15 años”
Como conclusión podemos señalar que, “en el sistema escolar, la formación ciudadana se concentra en la asignatura de Historia y Geografía y Ciencias Sociales y, a menudo, es un ejercicio poco institucionalizado y no posee adecuada concepción de lo que es y lo que se pretende con esta, también se nota una desconexión entre las políticas educativas y el trabajo cotidiano en las escuelas”.
A su vez, “en la educación superior, se percibe una alta dependencia respecto a las iniciativas de académicas y académicos, no se observa una articulación clara de los esfuerzos institucionales en materia formación docente. Se observan resistencias que tienden a ser transversales a las instituciones ya que las estructuras curriculares se perciben como altamente rígida”.
Como sugerencias, el académico planteó “repensar el futuro, reconstruir el vínculo entre lo individual y lo colectivo, generando condiciones para que las personas vislumbren la conexión existente entre sus vidas y la sociedad, que es una tarea cultural ineludible, además, que la formación ciudadana debe considerar todo el sistema educativo y el entramado social”.