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Jueves, 09 Noviembre 2023 15:47

Javier Pino, nuevo Prorrector UMCE: “La acreditación de 4 años es una oportunidad de generar los cambios que se requieren para saltar a la excelencia” Destacado

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“Trabajar por impulsar a la UMCE desde el punto de vista de la gestión administrativa y financiera es un desafío en sí mismo mayúsculo, y no solo por la Institución, sino por todo el subsistema estatal", afirmó la autoridad.

A partir del 13 de septiembre, la Prorrectoría de la UMCE es encabezada por Javier Pino Alarcón, nombramiento que fue ratificado por la Junta Directiva el pasado jueves 28. Administrador Público de profesión, durante los últimos 10 años se ha desempeñado en el ámbito de la gestión institucional en educación superior, principalmente en las Universidades de Chile -en el Centro de Investigación Avanzada en Educación- y de O´Higgins, con equipos de trabajo multidisciplinarios.

Sobre sus motivaciones para integrar el proyecto de gestión institucional, reconoció: “trabajar por impulsar a la UMCE desde el punto de vista de la gestión administrativa y financiera es un desafío en sí mismo mayúsculo, y no solo por la Institución, sino por todo el subsistema estatal. Creo que la UMCE fue una de las instituciones más rezagadas del sistema estatal por al menos 6 años y hay que superar eso rápidamente para posicionarla como una Universidad estatal de prestigio académico, sólida en lo administrativo y en lo financiero. Esto último es central, debido a que el desarrollo académico requiere de una administración y una gestión distinta y moderna. En consecuencia, se requieren ciertos cambios que permitan desarrollar plenamente el proyecto académico de la UMCE”, aseguró.

Proyecciones y desafíos

A nivel estratégico, describió “nos hemos propuesto instalar un sistema que tienda a la sostenibilidad de la institución. De ahí se desagregan varios desafíos importantes: avanzar hacia la visualización de oportunidades y amenazas a futuro, de manera oportuna y enfrentar, por ejemplo, temas como la constante baja de matrícula en las pedagogías a nivel nacional. ¿Está la institución en condiciones de enfrentar un desafío como ese? Son parte de las preguntas que nos tenemos que hacer para responder a la calidad de su proyecto académico”.

Un nivel más operativo, agregó, “tiene que ver con la estructura de la Universidad, con mejorar algunos procedimientos y desanclar otros, que otras instituciones ya han modernizado. Debemos ponernos a la par de las universidades estatales más avanzadas, para -por ejemplo- generar proyectos y ser capaces de utilizarlos en pos del desarrollo académico, mejorar la calidad de procesos administrativos y financieros y tener una visión de desarrollo a futuro acompañado de una sólida y rigurosa gestión financiera. Tenemos que reconocer como profesionales de la educación, que tenemos debilidades en la operación y ejecución de los recursos y dar un sentido de urgencia a estos desafíos. No podemos continuar pensando que haciendo lo mismo vamos a alcanzar la excelencia. No es así. Incluso podría ser un riesgo, y hacernos caer de nuevo a una acreditación de tres años”.

En su vida profesional, complementó, ha visto “que un 80 por ciento de los problemas administrativos no son de recursos, sino de organización. Creo que mejorándola recuperaremos significativamente la provisión de recursos hacia la academia, en lo que hace la Universidad, que es la docencia, la formación de profesionales a nivel de pregrado y posgrado e investigación”.

jv2Mencionó otros desafíos como la formulación del presupuesto: “el sistema que se implementó el año pasado tiene algunos elementos que me parecen muy positivos y otros no tanto. Debemos evaluarlo y mejorarlo”, aseguró. Así también sobre la gestión técnica de los convenios de desempeño con el Ministerio de Educación: “debemos analizar cómo hemos estado coordinándonos al interior de la Universidad para sacar esos proyectos adelante, con procedimientos administrativos eficaces y eficientes”.

La Universidad, añadió “logró una acreditación de 4 años y es una oportunidad de generar los cambios que se requieren para saltar a la excelencia. Estamos en un nivel avanzado, no queremos quedarnos ahí, ni retroceder a un nivel básico, queremos superar eso con al menos 5 años para el próximo período -ojalá 6 o más- pero para eso se requieren de ciertos cambios en distintos niveles”.

Diálogo y escucha
Adelantó “que se vienen cambios que serán anunciados oportunamente y no sobre la marcha, con diálogo, y en cuyo centro estén las personas. No queremos volver a vivir dos periodos de acreditación básica en los que la UMCE vivió un clima de mucho pesar. Debemos superarlo, ver el futuro con mucho más optimismo y eso va a requerir la colaboración de todas y todos”.

Acerca de esas transformaciones, puntualizó que esta debe ser “conversada y discutida con la participación de Facultades, Departamentos y Direcciones. Hay mucha riqueza en el ámbito local de la gestión, y que las altas autoridades debemos tomar en cuenta. Si esto es un rediseño que sale de un escritorio está destinado al fracaso; debe haber mucho diálogo y escucha. Aún está todo en revisión: no sabemos si la Prorrectoría continuará existiendo tal como la conocemos, o si va a existir otra Vicerrectoría que integre a algunas unidades que están hoy disgregadas en el organigrama. Existen varias posibilidades de mejora, en distintos niveles, en las que iremos avanzando rápidamente”.

Compartió que le invitaron a integrar este proyecto “pensando fuera de la caja y es el llamado que quiero hacer a la comunidad: también pensar fuera de la caja, fuera de lo que estamos haciendo actualmente como Universidad y que nos ha mantenido en un lugar que no le corresponde a una Institución de tradición y de alto nivel académico como la UMCE. Les invito a revisar lo que estamos haciendo y pensar más allá”.

“No vengo a replicar el modelo de la Universidad de O'Higgins, ni el que teníamos en el Centro de Investigación Avanzada en Educación. Esta experiencia me ha permitido reconocer cuáles son las fortalezas y debilidades de una institución y en base a su cultura y a su propia reglamentación interna, a adaptar modelos. Espero contribuir a mejorar los procesos, a implementar los cambios que son necesarios para que la Universidad pueda obtener una acreditación de excelencia en el mediano plazo. También espero aportar a que la UMCE tenga una proyección financiera que pueda responder a los desafíos académicos que tiene en vista de avanzar en su complejidad. Para eso se requiere un sistema financiero capaz de sostener ese tipo de iniciativas que, hasta ahora, no lo tenemos. Debemos remirar, conversar, escuchar, convencer, persuadir…. Y eso va a requerir algún tiempo”, comentó.

El Prorrector Pino concluyó señalando que “quisiera que los cambios sean percibidos con esperanza y espíritu de colaboración. Escuchar a la comunidad en sus preocupaciones y anhelos es parte esencial de lo que tenemos que hacer como Rectoría. Queremos además acortar las brechas entre lo operativo y lo estratégico a través de mecanismos que permitan la articulación en pos del desarrollo académico. Estamos pensando en una UMCE moderna, capaz de asumir los grandes desafíos que se vienen en los próximos cuatro años, propios de una institución que irá más allá de los criterios, estándares y dimensiones de la acreditación”.

 

 

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