Para el experto, es primordial el fomento de la autonomía, que incluye la auto imposición de reglas. La labor del jardín infantil, explicó, es crear el contexto propicio y un ambiente cálido afectivamente para que el niño se desarrolle y aprenda, lo que implica ‘ayudar’ a que los niños sean capaces de afrontar los problemas que se presentan en la vida cotidiana, así como estimular la motivación: “si no hay motivación para aprender, todo lo que se presente será difícil para el niño”.
Asimismo, el académico explicó que ayudar al niño a crecer y a aprender no se trata de controlar su desarrollo: “los niños aprenden asombrándose cuando experimentan las cosas y no cuando alguien les dice cómo se hacen”, dijo.
Igualmente, agregó el especialista, es necesario posibilitar los ambientes para que los niños jueguen, piensen, se puedan comunicar, expresen sus emociones, y aprendan a vivir en comunidad.
En cuanto a la insistente aplicación de evaluaciones estandarizadas, el experto advirtió que “esas pruebas no están hechas para los niños ni buscan que los niños aprendan más, sino que están elaboradas para que los políticos puedan lucir indicadores”. Ante ello, el especialista sugierió que más que evaluar a los niños y cuánto han aprendido, se debe medir los contextos, porque eso permite detectar en cada situación, lo que no está permitiendo que cada niño se desarrolle como corresponde. Cuando todas las condiciones son favorables y apuntan al bienestar del niño, el aprendizaje cognitivo se dará como consecuencia de ello, enfatizó.
Quinto Borghi es director pedagógico de guarderías y escuelas infantiles de Turín y enseña pedagogía en la Universidad Libre de Bolzano. Es director de la revista pedagógica en línea www.infantiae.org, además de miembro del comité científico de la Opera Nazionale Montessori de Roma. Ha publicado varios libros y artículos en revistas.
