En este proceso de Admisión 2018 hubo una historia que llamó la atención. Su protagonista fue Franco Hontavilla, un estudiante de Ingeniería civil en Química, en la Universidad de Chile, que ingresó en 2009 luego de ser puntaje nacional en la PSU. A pesar de estar terminando su carrera, este joven de 25 años quiso seguir su verdadera vocación. Así rindió la prueba otra vez, obteniendo puntaje nacional nuevamente, sin esperarlo, y podrá cumplir su sueño: estudiar pedagogía.
Inspirado por una profesora que tuvo cuando tenía 8 años, Franco se dio cuenta que estar en la sala de clases es lo que lo hace feliz. Sus dos hermanas y otros miembros de su familia también son docentes. La pedagogía es algo que lleva en la sangre.
Ya más tranquilo tras todo el interés público que generó su decisión, este joven quiso dejar un inspirador mensaje a los futuros estudiantes de la UMCE: "Más allá de fijarse en el sueldo y una serie de condiciones que los profesores reclaman que son deficientes -pero que creo que han ido mejorando en el último tiempo- tienen que pensar en la carrera que los hará felices. Muchas veces se pierde el foco de que al final entran a la universidad y escogen una profesión a la que te vas a dedicar, lo más probable, el resto de sus vidas. Entonces no es una deciisón que se pueda tomar a la ligera y tomanndo en cuenta solo aspectos económicos o la presión social. Si realmente aman la pedagogía, si quieren dedicar su vida a formar personas, creo que tienen que escoger la carrera sin pensar en nada más".