Veinticinco relatos reúne el Proyecto Voces del Pedagógico, una recopilación de testimonios de diferentes generaciones sobre la experiencia de haber estudiado en el campus Macul de la UMCE, los que serán presentados en un encuentro programado para este sábado 14 de diciembre, y que incluirá además un conversatorio en torno a la memoria colectiva.
El proyecto Voces del Pedagógico es liderado por la profesora del Departamento de Educación Básica Victoria Garay, y contempló una convocatoria “de experiencias vividas en nuestra universidad, recuerdos significativos que formarán parte de un libro cuyo fin es fortalecer la identidad socio-histórica del estudiantado, por la vía de generar espacios de expresión literaria y encuentro intergeneracional en nuestro histórico campus”, señaló.
Claudia Tranchino –parte del equipo del proyecto- agregó que “somos parte de una historia y de una generación que hoy se une. Como los sueños se cumplen haciendo y siendo, esperamos que sea un proyecto que tome forma, corazón y vida en cada una de las letras y textos de ustedes, que seamos capaces de compartir este sueño”.
Algunos fragmentos
“Hoy sobresalta hablar de música clandestina, pero las cosas por su nombre: los ochenteros somos esa generación que vivió su infancia y adolescencia bajo un cerco cultural, pero al mismo tiempo dotados de recuerdos de una épica colectiva, que había interpelado a nuestros mayores, dejando huella. De allí que para nuestra generación pertenecer a "lo nuevo" fuera una bandera, una razón de ser, un sentido juvenil y un cariño perdido.
¿Y qué era “lo nuevo”? Lo clandestino confrontando con lo oficial, la memoria persistente con su retórica y praxis cultural heredada desde múltiples fuentes, una memoria que se amalgamaba con nuestra juvenil mirada de un mundo por descubrir”.
Los años 80 en el Peda, ese lugar donde plasmamos fugazmente nuestra juventud.
Aurora Ibarra Núñez
“Una de las actividades que llevábamos a cabo y que más me marcó fue la olla común. La verdad, eso era algo prácticamente de todos los días, hubiera paro o no, porque muchos de los estudiantes carecían de los medios para alimentarse adecuadamente, sobre todo porque vivían muy lejos y la carga académica no daba tiempo para ir a almorzar a casa. Algunos tenían becas de alimentación y solían compartir sus raciones con los menos afortunados; por eso las ollas comunes eran tan fundamentales: el dinero apenas alcanzaba para pagar la movilización y comer en el casino o en la Cafeta era para muchos simplemente un lujo. A mí, la olla común me mostró lo mejor de las personas que me rodeaban. Recuerdo cuánto se esforzaba la Rucia en buscar y encontrar zanahorias para que el arroz llevará más nutrientes. Era fácil encontrar palos para el fuego. Nuestro menú consistía fundamentalmente en arroz y tallarines, más un jugo, que más bien era un concentrado de colorante y azúcar, lo que más se donaba para estas instancias. El humo impregnaba nuestras ropas y nosotras reíamos diciendo que usábamos el nuevo perfume “Palo Quemado”. El fogón era nuestro centro de reunión en las “piedras de Castellano” y siempre llegaba algún poeta, cantante o guitarrero a amenizar nuestras comidas”.
Perfume "Palo Quemado".
Silvana Pezoa Navarro
“Allí nos fotografiaron de frente un día asoleado a media tarde, cuando cruzábamos de la mano esa confluencia nodal junto a los pastos centrales. Vimos a los tipos de lejos, desde que desembocamos en la explanada, viniendo del pabellón de Filosofía, e íbamos aproximándonos a ellos. Eran tres tipos grandotes, sentados en uno de los escaños sombreados frente al casino, tres de los varios que ya identificábamos como integrantes del aparato de espionaje y vigilancia instalado en el campus. Andaban siempre en equipos de dos o tres, merodeando en torno a los pabellones de Lengua o apostados cerca de la entrada. Por lo demás, ya no disimulaban; habían depuesto la supuesta discreción de sus bajas tareas y ni siquiera buscaban camuflarse”.
Nuestras fotos del Pedagógico.Leo Paredes
Victoria Garay informó que además de la presentación de contenidos, han programado el conversatorio “Memoria Colectiva, literatura testimonial y patrimonio”, a cargo de Camilo Brodsky.
Al encuentro del sábado han sido convocados egresados y estudiantes del ex Pedagógico, así como vecinos y dirigentes sociales de Ñuñoa. La cita es este sábado 14 de diciembre, a las 11:00 horas, en la sala Juan Gómez Millas de la UMCE (Av. José Pedro Alessandri 540).