Tras recibir el reconocimiento de manos del rector de la UMCE, Jaime Espinosa, Óscar Hahn compartió algunas experiencias de su extensa carrera: su improvisado comienzo, escribiendo un acróstico; su primer ejercicio de autocrítica que lo llevó a arrojar por un puente un cuaderno con 25 poemas que consideró ‘malos’; sus primeros libros centrados en la muerte; su vida en Arica, en Iowa, la vuelta a Chile y luego su exilio en Estados Unidos, donde viven hoy los hijos de su segundo matrimonio y a donde viaja cada cierto tiempo “a poner orden”.
Al referirse a su poesía, a partir de 1980, dijo, vivió una transformación poética y “y el tema amoroso irrumpió casi sin pausa”. Ahí surgió ‘Mal de amor’ –“el único libro de poemas prohibido durante la dictadura militar, después de estar impreso y distribuido”, comentó. Al respecto, según el Washington Post, ‘uno de los poemas tenía un verso que, por decisión del gobierno, era irrespetuoso hacia la Virgen María, y el editor fue notificado de que no podría distribuir el libro’.
Su trayectoria poética continuó con ‘Imágenes nucleares’ (1983), ‘Flor de enamorados’ (1987), ‘Estrellas fijas en un cielo blanco’ (1989), ‘Tratados de sortilegios’, que reúne toda la obra poética anterior (1992), ‘Versos robados’, ‘Antología virtual’ (1996) y ‘Antología retroactiva’ (1999).
Entre las distinciones que ha recibido en el último tiempo destacan el Premio Casa de América de Poesía otorgado por su libro de poemas ‘En un abrir y cerrar de ojos’ (2006) y el Premio de Poesía José Lezama Lima (2008). También obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2011), y el Premio Nacional de Literatura (2012).