Este 21 de julio, la selección de chilena femenina de fútbol debutó de forma inédita en los Juegos Olímpicos, enfrentando a Gran Bretaña por la primera fecha del Grupo E de Tokio 2020, que también integran Japón y Canadá.
Junto a las 22 jugadoras chilenas convocadas, viajó a Japón un cuerpo técnico integrado –entre otros profesionales- por Jair Burboa, kinesiólogo formado en la UMCE, con especialidad en actividad física y deporte, y miembro del equipo académico en la UMCE desde el año 2009.
El profesor Burboa comenzó a trabajar con selecciones femeninas el año 2007: “con algunas de las chicas que están jugando en este grupo estuve en el Mundial Femenino sub 20 –disputado en Chile. Después la ANFP hizo una separación entre fútbol masculino y femenino y comencé a trabajar en el fútbol masculino hasta el 2015. Luego unieron nuevamente las selecciones menores masculina y femenina, y desde entonces nuevamente estoy trabajando con ellas”.
Al describir el grupo de jóvenes que integra la selección evita caer en frases cliché, pero coincide en el reconocimiento a sus méritos: “este es un grupo de mujeres que se la ha jugado completa desde hace mucho tiempo. Ví cómo postergaron vidas personales y estudios por lo que para ellas es una pasión, pero en condiciones amateur y por lo que no iban a recibir rédito económico”. A su juicio, lo que las ha llevado a crecer y alcanzar sus logros “es una capacidad de resiliencia, de pasión, trabajo y orgullo por lo que hacen. No sé si podrían haber llegado a esto sin esas cualidades”, aseguró.
“Estamos en un mundo en el que se está buscando mucho la equidad de género y creo que uno de los espacios donde hay más inequidad es en el fútbol. Ellas a pura fuerza han logrado resultados como la clasificación olímpica: una competencia donde van sólo ¡12 selecciones del mundo! Y donde la posibilidad de clasificar es bajísima. Si comparamos, la selección adulta masculina se quedó fuera de un Mundial donde clasificaban 32 equipos y teniendo un equipazo... y con estas chicas clasificamos a los Juegos Olímpicos donde van 12 equipos del mundo”.
La última publicación de Burboa en su Instagram confirma su valoración de este mérito: “la primera vez que un deporte colectivo femenino se hace presente en JJOO representando a Chile. Sé que no se van a guardar nada, son un grupo increíble de mujeres que han roto todas las barreras que les han puesto para llegar hasta acá”.
El kinesiólogo como parte del cuerpo técnico
Su especialidad en actividad física y deporte, han hecho de Jair Burboa un kinesiólogo “de selección” para el fútbol profesional y también en el Centro de Salud Deportiva de la Clínica Santa María, donde trabaja junto a otro profesor de la UMCE: Enrique Enoch y otros dos kinesiólogos.
Su área de desempeño es amplia: “lo que hacemos los kinesiólogos en el deporte y en las selecciones es muy variado. Por lo que más nos conocen es por el tratamiento de las lesiones: cuando alguna tiene algún dolor estamos encargados de recuperarla, pero participamos en muchas otras instancias, especialmente para la recuperación después de un partido, para que estén en condiciones óptimas para el siguiente partido. También trabajamos una parte preparatoria, para la prevención de las lesiones, pesquisando o analizando cómo se están moviendo para intervenir antes de que se produzca un problema”.
En la selección, considera que es un personaje muy secundario, “aunque soy una de las personas del cuerpo técnico que ha estado en más procesos con ellas, o que ha pasado más tiempo en selecciones femeninas. En Tokio estoy como segundo kinesiólogo porque quien baja y corre a cancha es Francisca Jesam, una kinesióloga que también fue seleccionada Sub 20. Yo fui kinesiólogo y profesor de ella”, comentó.
Su especialidad deportiva también ha contribuido a las clases que imparte, en Kinesiología del Deporte en tercer año y Fisioterapia I y II en cuarto año: “hemos abordado en distintas esferas la prevención de lesiones o la recuperación del esfuerzo, áreas del conocimiento que al menos cuando yo estudiaba no estaban en la formación del kinesiólogo. Parte de ese cambio me ha tocado vivirlo y es lo que he traspasado en las aulas. (...) Siento que es beneficioso para mí entregar en la selección el conocimiento actualizado que adquiero al ser profesor y a la vez transmitir lo que vivo en el día a día a los alumnos y el campo nuevo que se ha podido abrir”, concluyó.
